Mi hijo el pingüino

Es mi cuarto hijo. Mi familia crece. Este ha nacido en la Antártida y estará, el pobre, pelaico de frío, pero igual es lo que le gusta. Se llama Nativo y es pelín guarrete, por los medallones que luce en la pechera.
También han apadrinado mis hijos y mi señora, es decir, que en la Antártida hay cinco Escolanos-Joveres. Ahora sólo falta que hagan unas buenas comunicaciones con la zona para ir a hacerles una visita.
Y bueno, el que lo desee puede apadrinar uno enviando la solicitud al correo apadrinamiento@et-antartica.es
Y las gracias a mi amigo Alfonso, que ha mediado entre la especie pingüina y la humana para lograr esto.
Y al hilo de todo esto -que se me olvidaba- este lunes los nanos del Colegio Voramar harán una vídeoconferencia con la base española en la Antártida. Los chavales podrán preguntar sus miles de curiosidades a los que están allí, incluidas cuestiones sobre los pinüinos. Véase la entrada Perlas desde la Antártida.
Un saludo.

Comentarios

  1. Pues qué majo tu hijo-ahijado... Y qué "fashion" con sus rayitas en la cara (últimamente de moda también en ejemplares macho de la especie humana).

    Yo no sé si apadrinar alguno. Me parece que somos competidores por el krill, gambas y moluscos varios. ¡!

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  2. Lo del krill, la gamba y moluscos varios más vale cocinarlos que empadrinarlos... ¿no?

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