... que me permitan ser curioso, a mí y a los míos

Se trata de una espectacular imagen de Polop desde algún punto del Barranc de La Rubia. El día estaba nublado, cayeron cuatro gotas, a veces una suave brisa y otras algún rayito de sol. Y este fue a dar exactamente donde tenía que hacerlo. Con la colla de Pabajoooor capitaneada por Eduardo.
Por la mañana hicimos la Ferrata del Ponoig. Al fin y al cabo nada es nada sin un contexto, sin un marco, sin un entorno. O puede serlo todo. Desde la zona de rápeles me dejó tonto este paisaje tan antropizado. Somos pequeños pero peligrosos, transformadores...
Días atrás estuve por tierras el Júcar, en el Barranco Mingo Andrés. El agua, entre otros elementos, es la culpable de que muchos paisajes sean extraordinariamente atractivos. Le añadimos el color de la caliza al atardecer, el verde intenso de los siemprevivos pinos y el resto de tonalidades de los árboles de ribera cuando se arrima el otoño. En un curso de barrancos con Eduardo.
Además del agua están las piedras. Sí, movidas por el agua, pero ahí están. Giran y giran hasta esculpir formas espectaculares en los cerrados barrancos. Ahora las vemos ahí, quietas. Pero están esperando a que alguien o algo las active. Serán, entonces, un ejército de bolas dando nuevamente formas indescriptibles a la tierra. Interior del Garx.
El Barranc del Racó de la Figuera es lo que sea. Pero nada es sin el resto de lo que hay. Caminamos por la planicie de la Xortà hasta encañonarnos cada vez más en su interior. De repente, tras una curva, entre las rocas, se nos 'enciende' este encandilador y sugerente paisaje. Fue en un curso de barrancos con Ernesto.
Es lo que nos ofrece el Barranc del Llosar. Estamos en un ambiente confinado pero 'la verdad está ahí' como dirían en EX. Pero desde ahí también encontramos una certeza aquí, en las entrañas, en el interior. Las alturas no son nada sin las profundidades.
Y por último esta maravillosa arquitectura encontrada en una de las repisas del Barranco del Rincón del Olvido. Aquí viven seres, no lo olvidemos. Procuremos pisar con tino. Miro al suelo y descubro este pequeño cono, y n o puedo evitar imaginarme en todo lo que hay puertas adentro. Lo pequeño es hermoso, como dijo aquel...

Pido a mis ancestros, a mis energías, a mis seres queridos... que me sigan permitiendo ser curioso, a mí y a los míos.

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