Tras las huellas de un track nos hemos quedado prendados de la sierra de Murcia. Hemos pedaleado por el Valle. Una ruta preciosa, en puro bosque mediterráneo, con un día que ha acompañado sin discusión.
Un vídeo por la zona tranquila para ilustrar:
Empieza el asunto por una pista rodeada de pinos. Cuesta arriba, mejor imposible para calentar. Ascendemos y ascendemos hasta que llega el primer descenso, también por una pista. La velocidad y el lagrimeo nos impide salir a la derecha según reza el track.recuperamos y descendemos por una senda estrecha, codo con codo con las ramas de los pinos. Llaneito y el primer sobresalto...
Un descenso vertiginoso, por una senda justa que de vez en cuando deja ver los precipicios a sus lados, hasta que una costereta marca su primer final. Subimos brevemente y nos asomamos a un balcón que ofrece una ostia hacia el más allá. Recuperamos y segundo tramo de descenso, menos vertiginoso, más trialero.
De nuevo ascenso desde el fondo del valle hacia las peñas que se ven a la derecha, bancales de oliveras y pista.
Por segunda vez nos dejamos a la izquierda la senda que asciende, el PR-MU 23. Esta de bajada también hubiera sido de la leche. Un llaneito y otro descenso hasta una pista nuevamente.
Aquí nos encontramos a un tipo poniéndose la armadura de bajar. le preguntamos y nos cuenta que este siguiente descenso es EL DESCENSO. Mucho escalón, mucha raiz... mucha tela. Que si queremos seguir la pista y otra senda más fácil, existe esa alternativa. Pero nada, lo dejamos que pase, se pierde y arreamos Fer y yo. Cojonuda, una culá, algún patinazo... Ha valido la pena. Llegamos de nuevo al inicio y nos vamos a buscar el bocatafinish.
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