Debió de ser peculiar la vida en ese corral...

...Además de fría, calurosa, dura... Salimos de Benissivà hacia el corral. Primero pasamos por Benitaia, saludamos a los vecinos. Imagino que en otros tiempos los recelos, las envidias y los malos humores -por parte de los que se van al monte y de los que se quedan- despuntaban con las miradas. Hoy hacemos buena parte de la caminata por asfalto, pero antaño las sendas eran empedradas, como estas:
Los machos rebuznarían, cagarse en todo en su idioma, con los bártulos de los pastores o agricultores, o ambos, costera arriba. Hoy se tuercen los tobillos debajo de las vibram, antes no ganarían para cataplasmas. La primera parada es en la fuente (no sé cómo se llama, tengo que buscarlo). La primera vez que pasé por aquñi una enorme hiedra oscurecía más el abrigo, daba buena sombra, sobre todo a mediodía. Hoy al menos, todavía mana agua:
Senda arriba cada vez estamos más cerca de las fajas, o cornisas, y se deja ver el destino. En la umbría, en lo más escarpado, en la pared más tiesa, el abuelo del abuelo ingenió un corral con el gran inconveniente de que le faltaba la gran pared. Pero la levantó, y ha durado más que lo que se curran en algunas legislaturas los ingenieros de los mandamases:
Aquí el abuelo, y nosotros hoy, llevamos nuestros pasos. Con nosotros vienen los machos, allí nos espera el ganado, o quizás también nos acompañe. Es una maravilla lo que se abre detrás de ese agujeraco... O podría ser la desgracia de dos jóvenes con ganas de otro futuro. Hoy vemos un patrimonio incalculable:
Mirad dentro:
Y mirad al otro lado del ventanuco:
Es la Foradà. Hay tantas foradas, foratas, forats... Pero esta canta tanto. Es el mejor canal que podían tener desde el interior del corral, fiesta de cabras aparte. Imagino que con el tiempo, la costumbre, la rutina, esta vista habría días que no sería mirada. Hoy nos fascina:
Ni soy agricultor ni ganadero, ni llauro ni pastor. Pienso ahora en ellos. Salgo del corral y me encuentro esta curiosa disposición de muros y muretes, Se me antoja gracioso pero seguro que tiene su estrategia:
La ruta sigue. Todo esto se ha quemado recientemente, y por enésima vez ya. Y se volcerá a quemar. Seguimos hasta el curioso orificio. De ahí por la cresta hasta darle toda la vuelta a la inmensa peña agujereada hasta que se hace la hora de comer. Hoy no hay geles, barritas ni carbohidratos de laboratorio. Con Josemiguel la cosa cambia:
Bonito bodegón ¿no?:
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El recorrido. Y si akguien quiere trk y wp, pues que los pida.

Comentarios

  1. Joder, me parece que hace siglos de aquel dia..y fue en abril! unos meses solo...bello y magico lugar..volveré pronto por ahí..necesito revisar rutas, repetimos ?

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