Mix en el monte con rubias y sin espuma

Pedro y yo no nos veíamos las caras hacía días. Ganas teníamos, era cuestión de tiempo, y el tiempo pasa como que ya soy instantes más viejo que hace unos instantes.
Nos apetecía escalar y nos apetecía correr, y nos apetecía un barranco, y nos apetecía... ¡MARCHA COÑO, MUCHA MARCHA!. Pues un mix ¿no?. Cargamos lo justo y a correr. Ruta conocida, y, como ciempre, gratificante: Salimos de la Font del Molí hacia el Coll del Pouet, por la parte pijita, por la umbría, que ya son las 10 y pico y casca. El sendero de la solana del Ponoig llanea y no molesta tanto...
Y la bajada es trotona, gozosa, bonita, el Jeroni la ha dejado sabrosa. Cuando llegamos a la hondonada notamos el chute de calor, y de camino al pie de la Ferrata del Ponoig sale el sudor a chorracos.
Nos pertrechamos con lo básico (el casco costaba de embutir en las mochilas ligeras y se ha quedado, ya sé que es poco profesional, pero...) y empezamos a recibir una brisa que nos alegra el corazón, levantamos los sobacos más de la cuenta para que corra el aire y así, llegamos al final, 30 minutitos verticales.
Pedrera arriba con la intención de conectar este punto con el Coll de la Coveta de la Moscarda por la umbría del Ponoig. Sí, sale la rutica, pero hay de todo: seguimos las huellas de las cabras, en otras ocasiones atravesamos pedreras y en potras el enmerde es depilatorio. Y en este tramo es cuando aparecen las rubias, queremos pensar que son hembras de arrui, guapas, rubias, allí mirándonos, pensando "estos están como cabras" y nosotros "estas están para hacer una fiesta con ellas... de la espuma ¡golfantas!".
Y lo que es real de muerte es esta panorámica de la Penya Roc, lo que se ve de Aitana, la Serrela al fondo, la Penya del Castellet, l'Aixortà... es muy bonito.
Otra de las cosas que nos fascina cada vez que rulamos por esta zona es cómo se va recuperando poco a poco todo esto después del incendio de enero de 2009. Rebrota la coscoja, la hierba lo pinta todo de un verde esperanzador.

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