Lo correcto es Almadens, que parece que viene del árabe y quiere decir algo así como criadero de cualquier cosa. Pues cosas vivas pocas he visto, aunque la sangre me la he dejado a lo largo del camino, jirones desparramados en los algo más de 8k que he trotado por esta áspera sierra.
Bueno, el caso es que me falla un plan de buena mañana pero tiro del archivo y me acuerdo de asuntos pendientes, de montes pendientes en este caso.
Camino de Xixona me meto por la carretera que va a Busot y busco la parte más alta del polígono del Espartal. Bonito y evocador nombre. La verdad es que el esparto es inofensivo, es más, reconfortante, te sientas sobre una buena mata y ni el mejor chaselongue. Pero ¿y las jodías compañías de este matorral?: Espinos, romeros, matapolls... Y si encima, como suele ser, estamos en una solana, al sur, pues seco y agresivo es poco. Pero es lo que hay y me ha gustado.
Recorro de sur a norte por la solana la falda de Almaens hasta llegar a la punta y encalomarme a saco hasta la cuerda. A tramos hay una senda de la familia del Guadiana. He puesto varios hitos para... No sé si regresaré, pero por si acaso. Llego a un pilonaco y allá la bahía de ALC preciosa...
Ahora en la cresta ya se corre mejor. Este lugar está limpio, poco frecuentado y al amante de lo austero y espartano le reconforta. Me giro y la mole del Cabeçó adquiere grandeza desde esta perspectiva...
Llego a la parte más alta de 7cientos y poco y aparece una pista en la umbría. Paso, estoy corriendo por montaña y más sangría no me voy a hacer. Además, me apetece observar por dónde he corrido. De cuando en cuando aparece una sendita, pero no merece la pena hacer referencia a ella. Llego al vértice geodésico de casi 7cientos de altura. Con mi amado Cabeçó al fondo...
Y con la mirada en la dirección que llevo una no menos impresionante sensación: LA Penya Mighorn, LA Librería, La Carrasqueta...
Vuelan grajas a puntapala sobre mi cabeza. Entre ellas un buitre precioso a quien acosan los bichos negros. Sigo trotando en busca de un escape hacia el punto de partida y llego a varios escalones hasta que me encuentro en la punta de uno insalvable así a pelo. Retrocedo un poco y destrepo unos 4 metros, atravieso una cornisa invertida y salgo a un collado, es muy parecido a la Brecha de Roldán pirenaica...
Ya estoy de vuelta. Busco el barranco que me ha llevado hasta la falda y llego al final.
La verdad es que es más montañera que corredora. Allá cada cual.
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8,4k y 2h15m. Mapa, perfil y wikiloc:
Bueno, el caso es que me falla un plan de buena mañana pero tiro del archivo y me acuerdo de asuntos pendientes, de montes pendientes en este caso.
Camino de Xixona me meto por la carretera que va a Busot y busco la parte más alta del polígono del Espartal. Bonito y evocador nombre. La verdad es que el esparto es inofensivo, es más, reconfortante, te sientas sobre una buena mata y ni el mejor chaselongue. Pero ¿y las jodías compañías de este matorral?: Espinos, romeros, matapolls... Y si encima, como suele ser, estamos en una solana, al sur, pues seco y agresivo es poco. Pero es lo que hay y me ha gustado.
Recorro de sur a norte por la solana la falda de Almaens hasta llegar a la punta y encalomarme a saco hasta la cuerda. A tramos hay una senda de la familia del Guadiana. He puesto varios hitos para... No sé si regresaré, pero por si acaso. Llego a un pilonaco y allá la bahía de ALC preciosa...
Ahora en la cresta ya se corre mejor. Este lugar está limpio, poco frecuentado y al amante de lo austero y espartano le reconforta. Me giro y la mole del Cabeçó adquiere grandeza desde esta perspectiva...
Llego a la parte más alta de 7cientos y poco y aparece una pista en la umbría. Paso, estoy corriendo por montaña y más sangría no me voy a hacer. Además, me apetece observar por dónde he corrido. De cuando en cuando aparece una sendita, pero no merece la pena hacer referencia a ella. Llego al vértice geodésico de casi 7cientos de altura. Con mi amado Cabeçó al fondo...
Y con la mirada en la dirección que llevo una no menos impresionante sensación: LA Penya Mighorn, LA Librería, La Carrasqueta...
Vuelan grajas a puntapala sobre mi cabeza. Entre ellas un buitre precioso a quien acosan los bichos negros. Sigo trotando en busca de un escape hacia el punto de partida y llego a varios escalones hasta que me encuentro en la punta de uno insalvable así a pelo. Retrocedo un poco y destrepo unos 4 metros, atravieso una cornisa invertida y salgo a un collado, es muy parecido a la Brecha de Roldán pirenaica...
Ya estoy de vuelta. Busco el barranco que me ha llevado hasta la falda y llego al final.
La verdad es que es más montañera que corredora. Allá cada cual.
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8,4k y 2h15m. Mapa, perfil y wikiloc:
Encuentro un placer extraño en las cicatrices y marcas que dejan estan salidas. Las piedras, espinas, ramas, las quemaduras del sol... La montaña también te deja hitos. ;-)
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