La expresión era esta ¿no?, o parecida. Siempre he soñado con perderme, y aún tendré que hacerlo muchas más veces.
Pues, como todo el mundo, hemos hecho una escapadita familiar... ¡espectacular!. Nos hemos ventilado por Cuenca. Casas Colgantes, Ciudad Encantada... Y, como siempre, procuro tener mis momentos de gloria, mis pequeñas trotadas en la zona. Han sido tres las ocasiones en las que me he perdido en el bosque, bueno, perdido, lo que ers perdido, no, porque aquí estoy y no me han tenido que buscar.
Esta imagen es de la Vega del Codorno. Sorpresa cuando madrugo y me encuentgro así el paisaje. Si ya tenía ganas de correr, pues ahora más. Este contraste con lo habitual en mi existencia es un bestial estímulo. Empiezo a romper el hielo (jeje) sobre unos bancales de grano y me adentro en la sierra. Espanto a unos cuantos buitres que estaban carroñeando cualquier cosa y pronto navego entre pinos, bojs, enebros, sabinas, majuelos... Y dejo de ver el horizonte. Me encuentro rodeado de vegetación, con rastros de bichos en todas direcciones. Procuro no desconectar mi orientador particular y regreso cabalgando sobre una loma que me devuelve al inmenso valle.
Al día siguiente, o a los dos días, en Las Majadas se vuelven a presentar las oportunidades. La primera al atardecer. 8:30pm, uno de los momentos en los que despeja el día, se ve el sol morir en el horizonte y me ican los pies. Arreo. Un 80% de bosque y con el flow en el cuerpo. No sé cómo viene y sólo deseo conservarlo. Corro por el bosque y siento que lo estaría haciendo hasta caer rendido. Más oscuro cada minuto. Mis pupilas dilatadísimas. Escucho unas patadas y me agacho, busco a mi alrededor y veo una manada de corzos que se han espantado a mi paso. Aún así un par se paran a pocos metros de mí. Uno de ellos me busca con sinuosos movimientos de cuello. No nos quitamos el ojo, él sabe que estoy por ahí y yo admiro su facilidad en el monte. me levanto y echa a correr seguido de sus colegas. Impresionante. Me abrazo a un enorme pino y le pido que haga extensivo mi agradecimiento al resto del mundo.
Tal y como tenía previsto madrugo a la mañana siguiente. Brilla el sol, subo a la cuerda de la sierra y corro. Trazo mentalmente un mapa del recorrido, veo dónde tengo que girar, desciendo una pista que pronto desaparece, subo de nuevo a la cuerda, me reubico y elijo la más imprevisible de las opciones para regresar. Me cuelo en un barranco verde de musgo hasta el éxtasis y subo a una peña desde la que veo el bosque recorrido y la grandeza del paisaje...
De camino al camping Las Majadas me cruzo con un viejo corral. La vida en estos parajes debió de ser dura, fría, seca, nevada, calurosa. Habría que preguntar a quienes vivieron por aquí si el tema les parecía tan bucólico como a mí.
No lejos de Las Majadas se encuentra el Parque Nacional del Hosquillo. Hay que pedir cita para visitarlo y no lo hemos hecho. Pero nos comentan que cerca está un lugar llamado Los Callejones, algo parecido a la Ciudad Encantada pero con otra filosofía. Recomendable. Una ruta nada exigente, perfecta para amantes de los caprichos de la geología y para hacerla con niños.
Y no lejos de allí un PR que lleva al Mirador del Tío Cogote. Una evidente estampa que representa la bestialidad del tiempo y su efecto en el territorio...
Hay una pista ancha y transitable entre Los Callejones y el Mirador, pero también un sendero (PR CU 28, Ruta de Las Fuentecillas y Los Callejones)que nos va ambientando en el paisaje. Arreamos los nanos y yo y no nos encontramos a NADIE, lo cual se agradece. En el recorrido encontramos bosque, amplitud y rocas de formas caprichosas a las que nadie ha puesto nombre, o al menos no lo ha hecho de forma oficial con matrícula como en la Ciudad Encantada... Son setas gigantes sin grafiti que, quizás, dentro de otros tantos millones de años caerán vencidas por el aburrimiento...
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No te lo pierdas: PR CU 28: Ruta de las Fuentecillas y Los Callejones.
Cerquita está El Hosquillo. Y si quieres alojarte en la zona tienes este alojamiento rural (la página da info general para hacerte una idea) y el camping Las Majadas, perfecta 'base de operaciones' para conocer todo esto.
Pues, como todo el mundo, hemos hecho una escapadita familiar... ¡espectacular!. Nos hemos ventilado por Cuenca. Casas Colgantes, Ciudad Encantada... Y, como siempre, procuro tener mis momentos de gloria, mis pequeñas trotadas en la zona. Han sido tres las ocasiones en las que me he perdido en el bosque, bueno, perdido, lo que ers perdido, no, porque aquí estoy y no me han tenido que buscar.
Esta imagen es de la Vega del Codorno. Sorpresa cuando madrugo y me encuentgro así el paisaje. Si ya tenía ganas de correr, pues ahora más. Este contraste con lo habitual en mi existencia es un bestial estímulo. Empiezo a romper el hielo (jeje) sobre unos bancales de grano y me adentro en la sierra. Espanto a unos cuantos buitres que estaban carroñeando cualquier cosa y pronto navego entre pinos, bojs, enebros, sabinas, majuelos... Y dejo de ver el horizonte. Me encuentro rodeado de vegetación, con rastros de bichos en todas direcciones. Procuro no desconectar mi orientador particular y regreso cabalgando sobre una loma que me devuelve al inmenso valle.
Al día siguiente, o a los dos días, en Las Majadas se vuelven a presentar las oportunidades. La primera al atardecer. 8:30pm, uno de los momentos en los que despeja el día, se ve el sol morir en el horizonte y me ican los pies. Arreo. Un 80% de bosque y con el flow en el cuerpo. No sé cómo viene y sólo deseo conservarlo. Corro por el bosque y siento que lo estaría haciendo hasta caer rendido. Más oscuro cada minuto. Mis pupilas dilatadísimas. Escucho unas patadas y me agacho, busco a mi alrededor y veo una manada de corzos que se han espantado a mi paso. Aún así un par se paran a pocos metros de mí. Uno de ellos me busca con sinuosos movimientos de cuello. No nos quitamos el ojo, él sabe que estoy por ahí y yo admiro su facilidad en el monte. me levanto y echa a correr seguido de sus colegas. Impresionante. Me abrazo a un enorme pino y le pido que haga extensivo mi agradecimiento al resto del mundo.
Tal y como tenía previsto madrugo a la mañana siguiente. Brilla el sol, subo a la cuerda de la sierra y corro. Trazo mentalmente un mapa del recorrido, veo dónde tengo que girar, desciendo una pista que pronto desaparece, subo de nuevo a la cuerda, me reubico y elijo la más imprevisible de las opciones para regresar. Me cuelo en un barranco verde de musgo hasta el éxtasis y subo a una peña desde la que veo el bosque recorrido y la grandeza del paisaje...
De camino al camping Las Majadas me cruzo con un viejo corral. La vida en estos parajes debió de ser dura, fría, seca, nevada, calurosa. Habría que preguntar a quienes vivieron por aquí si el tema les parecía tan bucólico como a mí.
No lejos de Las Majadas se encuentra el Parque Nacional del Hosquillo. Hay que pedir cita para visitarlo y no lo hemos hecho. Pero nos comentan que cerca está un lugar llamado Los Callejones, algo parecido a la Ciudad Encantada pero con otra filosofía. Recomendable. Una ruta nada exigente, perfecta para amantes de los caprichos de la geología y para hacerla con niños.
Y no lejos de allí un PR que lleva al Mirador del Tío Cogote. Una evidente estampa que representa la bestialidad del tiempo y su efecto en el territorio...
Hay una pista ancha y transitable entre Los Callejones y el Mirador, pero también un sendero (PR CU 28, Ruta de Las Fuentecillas y Los Callejones)que nos va ambientando en el paisaje. Arreamos los nanos y yo y no nos encontramos a NADIE, lo cual se agradece. En el recorrido encontramos bosque, amplitud y rocas de formas caprichosas a las que nadie ha puesto nombre, o al menos no lo ha hecho de forma oficial con matrícula como en la Ciudad Encantada... Son setas gigantes sin grafiti que, quizás, dentro de otros tantos millones de años caerán vencidas por el aburrimiento...
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No te lo pierdas: PR CU 28: Ruta de las Fuentecillas y Los Callejones.
Cerquita está El Hosquillo. Y si quieres alojarte en la zona tienes este alojamiento rural (la página da info general para hacerte una idea) y el camping Las Majadas, perfecta 'base de operaciones' para conocer todo esto.
Sí señor las Majadas!!!
ResponderEliminarHace 3 años estuve con la family allí, en unas casas de madera que hay a la entrada del pueblo. PEdaso sitio virgen, bestial..
Entonces no corría (cobardica), pero me llevé la MTB para transitar por esas pistas, los Callejones, la Buitrera que había en un mirador al final de un valle... Y recuerdo toparme literalmente con esa fauna. Una experiencia alucinante. Envidia sana. Fácil perderse, literalmente. Me alegro que tú no. A ver si retomamos.
Qué pasada. Lo cuentas tan bien... Las heladas de madrugada, el encuentro con los corzos iluminados por la luna... Te dejan sin aliento y a pesar de eso corres como nunca. Sí, eso es flow.
ResponderEliminarJaime, no sé si será bonito o no, pero a mi me engancha todo lo que cuentas tela.
ResponderEliminarMira que sabes dar en la tecla.
Me alegro mucho.
Soy conquense residente en Alicante, me han "encantado" tus comentarios, y ya puestos, os recomiendo la carrera por montaña que hay el 15 de mayo en Cuenca dos posiblidades, 14 kms o 31. http://www.amdolomia.com/index.php?option=com_content&task=view&id=198
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