Nos hacía falta un chapuzón... con la que se avecina

Atalanta encantada en su bautismo barranquero. Jero es más de agua que de tierra, lo estamos cambiando del ambiente salado santapolero al dulce de la montaña. Y yo, yo necesitaba un refrigerio como este. Y -adivina adivinanza- cerca, fresco, rápido, disfrutón... L'Abdet.
El día ha salido de un playero subido que hemos agradecido en lo más profundo del barranco. La luz en un lugar como este cobra otra dimensión.
Si te descuidas se te hacen las tantas en cuaqlquier rincón, embelesado con los reflejos, el murmullo del agua y las proyecciones verdes de las plantas que cuelgan...
Atalanta dice que formamos parte del entorno, que somos un elemento más...
Pero a veces me da no sé qué pasar por esas fotos, meterme en el cuadro que tengo ante mis ojos. Sé que ese congelado va a quedar atrás, que voy a romper definitivamente esa magia que se produce en ese momento... Pero entro en otra dimensión, y vuelta a empezar.
Son Jero y Atalanta en uno de los rincones del Barranc de l'Abdet, de Mela también. Ponen un punto de color, de artificial neopreno y poliester a este rincón de agua clara, roca y sinfonía...
No sé hasta qué punto formamos parte definitiva de este medio. A veces creo que lo penetramos sin miramientos. Quisiera ir en alguna ocación y recorrerlo sin levantar ni un miligramo de lodo de su fondo. Deslizarme de puntillas paredes abajo hasta sumergirme sin producir ni una sola onda, hasta salir de nuevo a los caminos, a los bancales y a las aldeas...
Pero alguien inventó el rapel, que nos ayudó a superar desniveles, que nos permitió introducirnos en estos lugares, descender de aquellos...