Vuelta al cole... algo así como el fuego de mi hoguera...

No hay fotos ¡en el mundo de la imagen!... No importa. Lee y visualiza, usa tu imaginación... Han pasado varias semanas desde que algunos de los presentes no nos veiamos. Semanas de calor, semanas de dispersión y momentos de aventura. Cada cual tiene la suya para contar. Y la mejor manera de hacerlo es alrededor de este fuego nuestro que se genera con cada zancada. Quedamos a las 8 Jorge, Michel, David, Álvaro, Carlos, Elías y el secretario. Algo cerca, para estirar, para entrar en materia: Cocons, Sabinar y Escobella. Y la siempre fiel cerveza que nos espera en meta, tanto para finishers como para finishers... Para todos.
Salimos hacia el Barranc dels Cocons y en pocos minutos encendemos las frontales. Lo empezamos de abajo a arriba. Pasamos junto a las minas y Elías de flipa con el boquete. Algún día encontraremos un cadáver ahí dentro. Subimos la costereta y hacemos la espléndida cumbre del Sabinar. Un mundo de luces nos atonta. Detrás la sorprendente noche nos espera, llena de estrellas, de esparto de sendas y polvo. Trotamos hacia la finca El Sabinar. Cuenta alguien que las fiestas rave aquí son espectaculares. Esta noche no toca, es miércoles y los pastilleros deben de estar agotados de tanto veranito, además de sin un duro. Y así, con estas, llegamos a la pista y a la sendita que nos lleva a las Escobella. Vamos bastante ligeros, debemos de llevar las pilas cargadas de no sé qué energía. Y desde los 600 y pico metros de la Escobella volvemos a ver el mundo iluminado allá abajo y las estrellitas en nuestro cielo. Algunos hemos subido con la luz apagada, la media luna y las ganas nos han subido casi a oscuras... Comenzamos el descenso con las turbinas encendidas. Vamos esperándonos en los colladitos, en los cruces. A un ritmo bastante ligero... Y así nos plantamos en los coches, soñando con engullir los bocatas y echarnos las birras por la gola. Si dijera que es lo mejor de la sesión mentiría. Es como el gel antes de la costera, es como la tragallá de agua después de la subida, es como la risa de los compañeros después de un esfuerzo, es como el silencio que marca la pendiente. Es tan necesaria e importante como todo eso, como dirían Mocedades, es "como el fuego de mi hoguera, como el agua de mi fuente".
Chatos, ya estamos de nuevo en marcha. Mañana trotà+banyà y el miércoles que viene tirito largo para que los javalambreros se pongan a tono.
Un saludo y bienvenidos al cole.

Comentarios

  1. Me encanta tu blog y manera de contar las historias que vives, me gustaría salir algún día por el monte con vosotros a trotar, pero claro, siempre y cuando aceptéis que un novato va lento jeje.

    Saludos y te dejo la dirección de mi blog por si quieres seguirme www.ivanalpera.net también está realizado en blogger así que puedes seguirme con tu cuenta de Google.

    Saludos y muchas gracias!

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  2. Que bueno eres... alma de poeta!!., jajaja.

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