Cuando un tigre persiguió a una gacela. Ahí en San Gabriel

Nunca los vi en semejante carrera. A la pobre gacela, o cualquier bicho con pezuñas, correr despavorido delante de un tigre dientes de sable, o quizás sin colmillazos así. Pero los he sentido cerca, muy cerca. Y los he visto cuando he cerrado los ojos en las Canteras del Porquet con mis pies sobre aquellas placas de caliza que fueron arenas. Y con menos años creo que hasta he sentido el peso de aquel carnívoro acercarse a toda velocidad en busca del cuello de... de mi cuello. Todo aquello está enterrado. Lo taparon por seguridad en el noventa y algo (hemeroteca del INFORMACIÓN 8 de noviembre de 1991). Esta es una de las huellas de aquel animal, la impronta que dejó allí hace más de cinco millones de años, 21 centímetros de pisada, imaginemos el resto:
Salió en prensa a toda leche en el INFORMACIÓN aunque años antes un servidor hizo lo propio en LA VERDAD (18 de octubre de 1987) con toda la fe del mundo puesta en Manolo Bello, su descubridor, geólogo, apasionado del monte, que dio con ellas, si no recuerdo mal, después de que las aguas de una de las riadas propias de la zona las dejase al descubierto. Aún e acuerdo de la cara de iluminado del redactor jefe de entonces... ¿Huellas de qué, de hace cuántos años dices?. Y me dejó publicar un articulín con una foto. Aquí recortes de ambos periódicos:
Patrimonio amigos, patrimonio enterrado por el que temo. Por cierto, "La Generlitat declara bien cultural el yacimiento de huellas fósiles de Alicante" (INFORMACIÓN 21 de julio de 1993). En fin, tengo bastante documentación criando polvo. Y esta vuelta al pasado ¿a qué viene esto?... Pues porque salí a correr por San Gabriel, por donde el Cross y estiré y estiré por la Sierra del Colmenar o de Colmenares. Y mis piernas fueron mi máquina del tiempo. Me volvieron a poner en contacto con estas huelas, con el romero, tomillo, esparto, oliveras, algarrobos viejos, cantueso, rabo de gato, tamaris. Con aquellas dunas de arena clara hoy solidificadas que dejan escapar a malas penas restos de moluscos:
Alguna lagrimilla. Me he criado por allí. Al otro lado del río me reencuentro con la vieja balsa en la que a veces quedaban atrapadas las culebras. Donde nos hemos pegado algún que otro remojón. Tiempos sin la catastrófica Ciudad de la Luz y sin las instalaciones esas de la OAMI que hoy afean este paisaje de mi infancia:
Sigo trotando y me llama la atención un panel informativo de los que anuncia senda, paraje o algo. Se trata de la Senda peatonal de la Sierra de Colmenares. Para que los de por aquí se peguen un rulete de vez en cuando. La verdad es que es interesante y ofrece buenas vistas:
La senda va por la cresta de la sierra sin llegar hasta su final. Suficiente para mostrar las características de ambas vertientes. A un lado el Camino Viejo de Elche, el campo de golf, lo que fue una rica huerta... Y al otro la fantasmagórica y de dudoso futuro Ciudad de la Luz, todo lo que estira hasta el saladar de Agua Amarga y la playa de Urbanova y el Cabo de Santa Pola y en el último de los tres miradores las preciosas vistas de este aeropuerto con aviones y trasiego continuo. Imagino que de noche el espectáculo debe de ser precioso. Algún día habrá que ir a verlo:
Y otra de las cosicas que me ha llevado al pasado han sido las numerosas cabañitas de cazar pajarillos que hay en la zona. Me acuerdo de la única decente que conocí, la de un amigo biólogo que las empleaba para anillar y estudiar bichos. La mayoría era para pillar cagarneras cantoras y otros desgraciados que acabarían en cualquier cazuela. Hoy están en desuso la mayoría:
Y digo la mayoría en desuso porque por los rastros descubriréis que hay quien sí hace buen provecho de ellas, también de pájaros va la cosa:
Y en estas me he entretenido una mañana por mi antiguo barrio, que siempre lo será. Un lugar que haría de Alicante una ciudad más bonita. Un lugar con patrimonio y además único. Huellas como estas no hay en todas partes. Y bueno, me llevo pistas para seguir trabajando en unos caminos viejos y sí en desuso que se adentran en el valle hacia Torrellano-Elche. Huellas profundas en la caliza de carros que seguro que tienen alguna historia que contar:
Más huelas. Hay un par de caminos que confluyen en un mismo punto:
Y para acabar, desde el extremo sur de la sierra la panorámica es brutal, impresionante. La forma de arco del monte es divina. Es una travesía preciosa que encierra, además de huelas e historias, una jugosa media maratón de montaña:
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Comentarios

  1. Las huellas de carro que comentas, yo en principio las confundí con regueros dejados por el agua, pero después un licenciado en Historia me dijo que eran restos de una calzada romana.

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  2. joer, Manolo, que más quisiera yo q fueran de una calzada romana.....se trata, según parece de las rodadas de carros con los q transportaban los sillares arrancados del Porquet y el cauce del arroyo de Aguamarga o els Reiets y q dado el ancho de eje q medimos en su momento, son de herencia visigoda, o sea medieval, los mismos q estuvieron usándose mucho tiempo, hasta probablemente cuando se hizo el enmurallado del huerto del Palmeral, y los doce puentes, de cuyos vestigios, aún se observa algo en la continuación de la Calle Joaquín Blume.....siento haberte confundido con mi quimera de herencia antigua, cuando en verdad es muy moderna.....Sorri.

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