Barranco del infierno... Espectacular

Impresionante jornada en el Barranco del infierno. Aún me retumba el brutal sonido de la corriente en los oídos. Aún me huelen los sobacos a poza y siento las manos resentidas del frío y de los intentos de aferrarme a la roca para no ser arrastrado por la corriente. Aún estoy medio ciego de lo que vieron mis ojos.   Y jamás olvidaré este 29 de abril en las mismísimas tripas de la tierra.
Rizos, David y el secretario deciden no perderse este circo de múltiples pistas que abre sus puertas escasamente unas cuantas ocasiones al año, y quizás unas cuantas son muchas.
Ya pasada la Font de Reinós nos hacemos una idea de cómo va el caudar en el amplio tramo que nos encontramos al acceder al barranco. Aquellas costillas de ballena, las pozas trampa, las hermosas rocas pulidas por siglos de roce con el agua han desaparecido bajo los tremendos chorros.
Llevamos todo el material necesario pero en esta ocasión ha contado más la pericia que el manejo de los trastos. Saltamos donde podemos y en la mayoría de las ocasiones estudiamos los movimientos de la corriente para progresar por el lugar acertado. A gritos los primeros van heredando el conocimiento del terreno a los que siguen.
Repasamos los fatídicos lugares en los que otros compañeros han pasado malos momentos. A pesar de lo salvaje del momento, es probable que otros hubieran decidido cruzar el barranco en peores condiciones. Ayer estaba así y lo disfrutamos plenamente. Los cordinos recién puestos ya estaban maltrechos por el golpe de las rocas de las jornadas anteriores. Sólo aquí dentro soy consciente de la potencia, de la fuerza que adquiere el agua cuando alguien intenta encajonarla. Está destinada a escapar, a salir a campo abierto en busca del mar le pese a quien le pese...
Delante de nosotros va Vicente, aunque no lo interceptamos. Vamos haciendo fotos, en mi caso escuchando las lecciones del Rizos y de David, aprendiendo.
Finalmente llegamos al sifón que da paso a la Cova Santa. En esta imagen están sobre el mismo sifón.

Yo no me quiero perder la experiencia de pasarlo. Todo un acto de fe. Detrás de ellos las aguas están bestias, no ofrecen nada de confianza, pero es sólo un salto en picado hacia las oscuras profundidades y con los ojos como platos seguir la claridad que conduce al otro lado de ese resalte. Sigo las burbujas, dejo que trabaje la flotabilidad de mi neopreno y muevo brazos y piernas para seguirlas hasta que acabo flotando en las mansas aguas que dan por finalizado el tramo técnico del Barranc de l'Infern.
El resto es un bucólico paseo entre baladres e inmensos paredones de caliza poblada de vegetación.
Este vídeo fue grabado en noviembre de 2012, iba con agua, pero nada, NADA que ver con lo de ayer.
Y este otro en 2002, completamente seco. Tan hermoso como siempre pero seco, completamente seco.
Ya estoy trabajando en el vídeo de ayer.
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Mapas y croquis del Barranco del Infierno.

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