El siempre impresionante Cabeçó

El proyecto era uno y la realidad ha sido otra, nada decepcionante, ¡nada!. Tenía pensado darme una traca antes de Cavalls y ayer Jorge me dice que tiene la mañana libre. Pues una volta al Cabeçó con cumbre (el proyecto) que al final se queda sin cumbre porque el tiempo (oratge) y el tiempo (presión social) no están de nuestra parte. Pero imponente todo.

Darle la vuelta al cabeçó es hacerse consciente de lo que es Alicante, de que la roca y nosotros vamos de la mano, de que más que sol, aquí tenemos roca, caliza de formas inimaginables las cuales explorar nos llevaría al menos cuatro o cinco vidas, o tres muy largas. Mi agenda mental ha regresado llena de rincones indescriptibles.
Esta imagen horizontal muestra una cosa que sobresale al fondo a la izquierda aproximadamente... Más caliza. Es el Cantal. Sólo José miguel y yo sabemos lo bien que lo pasamos allí años atrás.
Y esta otra es mi lozana cara entre verdes madroños potencialmente indigestos. No sé de otro paraje en este mundo en el que haya la concentración de madroños que hay en este trozo de mundo:
Y esta otra es una porción de serpiente que al acojonado de Jorge le ha puesto los pelos de punta, con lo bonica que es:
Y la siguiente pertenece a una señalización de no recuerdo qué PR, quien la haya hecho lo sabrá. Un montón de piedras, un hito, agarradito con poliespán o cómo coño se llame este pegamento. Vamos, una cagada de marcaje:
Y finalmente, alguna info del recorrido: 24 kilómetros (+-1.332) en 3h50m, tranquilamente. Y el perfil, ya ves que serruchazo, y el mapa. El que quiera trk que los pida.


Las líneas discontinuas encarnás conducen a la caseta de vigilancia forestal y a la cima. Son una buena alternativa para que la ruta haga cumbre.