El mundo según el Tío Victoriano

Me es familiar el mundo del Tío Victoriano. Un lugar de espartos y coronas de fraile, de romeros, espinos, tomillos, algunas sabinas y enebros y coscojas chaparras que se defienden de la fuerte insolación. Un mundo de erizos fosilizados, de algunos pinos, de pocos pozos, de poca agua. Un mundo de roca áspera y de paisajes profundos que se eternizan mar adentro o se cortan con picachos excepcionales a los que inevitablemente vas a ascender, si no hoy, mañana. Solo o en compañía.
Este el el mundo según el tío Victoriano:


Él es el ombligo del mundo:
Este es su centro y allí su centinela, el Castellet de La Murta:
LLEVABA TIEMPO QUERIENDO ENTRAR EN TU MUNDO...
...Ahora sólo me falta investigar, saber quién eres, qué te inquieta.
Años y años pasando autovía hacia arriba, autovía hacia abajo y por compañía esas peñas que tanto me han gustado siempre, y ahora más. Son las sierras de Castellar y del Ventós. Años queriendo bailar con ellas. Y es que hay veces que nos centramos en las más altas, las más citadas, las más ascendidas y nos dejamos esas pequeñas sensaciones, pensando que son pequeñas sensaciones.
Pues hoy he ido a bailar con ellas. Y os puedo asegurar que esas sensaciones han sido inmensas, tremendas. Regreso con una satisfacción "himaláyica".
LA RUTA: Dejo el vehículo en el Parque del Rugló, en Agost, bajo hasta el cauce (se han unido los barrancos Blanc y del Ventós) y enfilo mis zancadas hacia la Creu dels Castellans. Se aprecia a la derecha de la población, sobre el polígono industrial del mismo nombre. A partir de este momento no hay más que seguir la cuerda de la Sierra del Castellar... en la imagen se aprecia al fondo más a la izquierda el Maigmó. Iremos en busca de la cima anterior, el Ventós:
Corro sobre la cresta, entre espartos y espinos, y llego a la Casa del Tío Victoriano. Me fascina este rinconcito y no menos el picacho que hay delante, el Castellet de la Murta. Sigo las indicaciones de Victoriano, sigo la senda que se separa de la cresta y desciende por la derecha en busca del pico y acabo trepando por la roca mojada hasta su cima. Esto no estaba en mis planes, pero me encanta que algo los desbarate. En esta imagen el recorrido de descenso de la peña y continuación hasta El Ventós y descenso a Agost:
Una vez en la cresta el sentido común y la poco pisada senda me conducen hasta El Ventós. El día es gris, llueve y bufa el viento. Descubro nuevas posibilidades en este mundo... Este es el panorama:
Y este el mismo con el trazado de la ruta:
Salgo rápido o me pelo de frío. Hasta Agost es un absoluto descenso de senda buena. Es cuestión de seguir el PRCV 269. Ya digo, continuo descenso. Casi al final un tramillo de asfalto y fin del trayecto en el Parc del Rugló, donde comenzamos.
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14,8k - 2h45m. A 20 minutos de Alicante y ruta 99% montañera. El descenso desde El Ventós se corresponde con el PRCV 269.
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