Tierra de contrastes

Escribo estas impresiones bajo el influjo de las preciosas fotos de Fernando, hechas en el Preventori alcoià. Echadles un vistazo y ojito con caer en el influjo. Él nos deja estas perlas de otoño y nosotros, ayer, muy cerca en el tiempo, mientras seleccionaba cuáles nos regalaría, correteábamos por el Cabo de Santa Pola, presos de esta eterna primavera de la costa, plagada de espartos y palmitos y con un mar de fondo alucinante. Tabarca al fondo:

Fue un intachable pensat i fet. Pelín salvaje.

Decidimos esta lugar con el coche en marcha. Si hubiéramos contado con Jero el Santapolero hubiéramos hecho algo más ortodoxo, pero fue un continuo "¿por aquí?... Sí, tira por ahí". Barranco arriba, barranco abajo, por ahí la senda, pues nosotros por allá...
A cuatro patas medio escalando, a cuatro patas a rastras entre la maleza... Y así descubrimos un barranco que nos llevó hasta la orilla que no tiene nombre ni en los mapas pero que nos encandiló. Fue una de las guindas de la mañana. La verdad es que todo llegó porque tenía que llegar. No teníamos muy claro dónde estábamos, y tampoco nos preocupaba demasiado. Este es un lugar bastante delimitado en el que tires hacia donde tires llegas a casas, costa o pueblo.
Esta es una bonita foto que me hizo Álvaro en lo alto de una peñica con el inmenso al fondo. Xatos, una ruta para repetir...

Yo añadiría cervezas y aperitivo mientras se va cocimando un buen pescao y se enfría un selecto blanco, en una terracita, con las gafiquis de sol...
Y en todo momento con la idea del baño en la mente, es que el día lo pedía, y nosotros también... Y ¿por qué no?