Bolulla vs personicas: El vídeo.
No creo que estas imágenes transmitan lo que aún conservo en mis cinco sentidos. No pensábamos que el Barranco de Bolulla fuese tan potente como iba ayer.
Disfruté como pocas veces. Aunque lo cierto es que no puedo hacer extensivo el sentimiento a todos los miembros de la 'excursión' a lo largo del 100x100 de la misma. Nuestro informante de Callosa, Parral, nos transmitió unas perspectivas que nos desbordaron finalmente. Nos desbordaron, nunca mejor dicho.
Cuando el caudalímetro marca 4 ó 5 el barranco está para disfrutar. Ayer oscilaba entre 7 y 8. Así y todo fuimos a comprobarlo.
Michel, Pedro, Rizos y el secretario comienzan la aproximación a la primera cascada por un río crecidito. Bucólico panorama si me imagino a los 4 sentados en sillitas plegables a la orilla echando mano de frescas birras y atendiendo más a una mundanal conversación que a las cañas de pescar. Ajenos a lo que estaba por venir.
La foto que encabeza esta crónica corresponde a la primera cascada 'to bruta' que sorteamos destrepando por la margen izquierda. Aquello es 'imbajable'. Aún estamos a tiempo de retroceder pero pasado este primer chorro se avencinan rápidos que no parecen peligrosos. Empiezan las maniobras.
La vena de agua es potente. Rizos va abriendo 'boca' y, bien ayudados de la húmeda roca, bien dejándonos llevar por la fuerza del agua, vamos sorteando obstáculos hasta llegar a las 4 últimas pozas y la presa que deja caer la inmensa cortina de agua a la Poza Reina.
Insisto, las imágenes no son un fiel reflejo de lo que allí encontramos ayer. Allá al fondo quedaron un buen rato Michel y Rizos peleando con los ingenieros de lavadoras mientras yo esperaba encalomado en una roca recibiendo a Pedro primero y al resto después. Progresar por el lado equivocado te puede tener entretenido hasta acabar con tus fuerzas. El cuerpo te lo va a vapulear sí o sí.
Después de las tribulaciones pertinentes llegamos a la gran cascada. Esta imagen ofrece una perspectiva de la Poza Reina.
Rapelamos desde la acequia evitando en lo posible el chorro directo. Por la misma cascada parece imposible a no ser que quieras recibir el mayor ostión acuático de tu vida, que habrá quien lo prefiera. Nosotros no, hoy y así no.
Rapelamos, como he dicho, dejando el chorro a la derecha. Aunque no podemos evitar que algo de ducha nos caiga.
Rizos remata las maniobras con cuerdas y despedida y cierre con una foto de familia después de haber hecho -posiblemente- el barranco más cañero que recordamos en mucho tiempo. En esta imagen posamos con nuestro informante de Callosa, Parral, que acude a la acequia a ver nuestras últimas progresiones.
Recordad, los caudalímetros están para ofrecer una valiosa información. Dicen que este cauce se disfruta de cojones cuando marca 4-5.
PD: Si alguien encuentra una cuerda color rosita-carne por Altea que nos la haga llegar por mensajero a cobro revertido. Aparte de la paliza, este ha sido el precio que hemos pagado por bajar el Barranco de Bolulla. Y después de la experiencia, yo, personalmente, repetiría movida. He disfrutado como pocas veces... Naturaleza salvaje, fuerza incontrolable, sensurraund ecológico y, por supuesto, la inestimable y siempre reconfortante compañía de Michel, Pedro y Rizos.
Y después de esto la famosa cita cambia: BE BOLULLA MY FRIEND.
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* Reseña en Barranquismo.net.
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No creo que estas imágenes transmitan lo que aún conservo en mis cinco sentidos. No pensábamos que el Barranco de Bolulla fuese tan potente como iba ayer.
Disfruté como pocas veces. Aunque lo cierto es que no puedo hacer extensivo el sentimiento a todos los miembros de la 'excursión' a lo largo del 100x100 de la misma. Nuestro informante de Callosa, Parral, nos transmitió unas perspectivas que nos desbordaron finalmente. Nos desbordaron, nunca mejor dicho.
Cuando el caudalímetro marca 4 ó 5 el barranco está para disfrutar. Ayer oscilaba entre 7 y 8. Así y todo fuimos a comprobarlo.
Michel, Pedro, Rizos y el secretario comienzan la aproximación a la primera cascada por un río crecidito. Bucólico panorama si me imagino a los 4 sentados en sillitas plegables a la orilla echando mano de frescas birras y atendiendo más a una mundanal conversación que a las cañas de pescar. Ajenos a lo que estaba por venir.
La foto que encabeza esta crónica corresponde a la primera cascada 'to bruta' que sorteamos destrepando por la margen izquierda. Aquello es 'imbajable'. Aún estamos a tiempo de retroceder pero pasado este primer chorro se avencinan rápidos que no parecen peligrosos. Empiezan las maniobras.
La vena de agua es potente. Rizos va abriendo 'boca' y, bien ayudados de la húmeda roca, bien dejándonos llevar por la fuerza del agua, vamos sorteando obstáculos hasta llegar a las 4 últimas pozas y la presa que deja caer la inmensa cortina de agua a la Poza Reina.
Insisto, las imágenes no son un fiel reflejo de lo que allí encontramos ayer. Allá al fondo quedaron un buen rato Michel y Rizos peleando con los ingenieros de lavadoras mientras yo esperaba encalomado en una roca recibiendo a Pedro primero y al resto después. Progresar por el lado equivocado te puede tener entretenido hasta acabar con tus fuerzas. El cuerpo te lo va a vapulear sí o sí.
Después de las tribulaciones pertinentes llegamos a la gran cascada. Esta imagen ofrece una perspectiva de la Poza Reina.
Rapelamos desde la acequia evitando en lo posible el chorro directo. Por la misma cascada parece imposible a no ser que quieras recibir el mayor ostión acuático de tu vida, que habrá quien lo prefiera. Nosotros no, hoy y así no.
Rapelamos, como he dicho, dejando el chorro a la derecha. Aunque no podemos evitar que algo de ducha nos caiga.
Rizos remata las maniobras con cuerdas y despedida y cierre con una foto de familia después de haber hecho -posiblemente- el barranco más cañero que recordamos en mucho tiempo. En esta imagen posamos con nuestro informante de Callosa, Parral, que acude a la acequia a ver nuestras últimas progresiones.
Recordad, los caudalímetros están para ofrecer una valiosa información. Dicen que este cauce se disfruta de cojones cuando marca 4-5.
PD: Si alguien encuentra una cuerda color rosita-carne por Altea que nos la haga llegar por mensajero a cobro revertido. Aparte de la paliza, este ha sido el precio que hemos pagado por bajar el Barranco de Bolulla. Y después de la experiencia, yo, personalmente, repetiría movida. He disfrutado como pocas veces... Naturaleza salvaje, fuerza incontrolable, sensurraund ecológico y, por supuesto, la inestimable y siempre reconfortante compañía de Michel, Pedro y Rizos.
Y después de esto la famosa cita cambia: BE BOLULLA MY FRIEND.
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* Reseña en Barranquismo.net.
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Sin duda con esa compañía yo también repetiría. Pese a todo.
ResponderEliminarFdo: ZANUSSI.