Por la Serra Gelada. La ruta de Pedro.

“Yo doy la razón a los taurinos cuando me decían: ¡Ese no tiene ambición!. Si hubiese tenido siete vidas, una entera la hubiese dedicado nada más que a torear. Pero yo no he querido renunciar a muchas cosas”
Sí que es de veras. Lo ha dicho Luis Francisco Esplá en una entrevista en el MAGAZINE del pasado 10 de octubre. No compartimos pasión, en absoluto, pero su filosofía se puede aplicar, de ella se pueden quitar ciertos términos y añadir de otros campos de la vida. Nadie somos gatos, al menos en lo que al número de vidas respecta. En mi caso hubiese dedicado dos o tres de esas vidas a explorar el mundo. Y en ocasiones el mundo que tenemos aquí al lado.
Donde menos te lo esperas
Este trozo de mundo me lo enseñó Pedro el otro día. Término municipal de Benidorm. Parece mentira. Encuentras tesoros donde menos te lo esperas.
En esta imagen hay algo que no cuadra. Adivina adivinanza…

Pero es nuestra realidad, es la realidad de la costa mediterránea, la que nos ha tocado vivir. Y aún así es impresionante.
Se trata de un senderillo que se ha currado que sale a escasos metros de la puerta de su casa, en Serra Gelada. Pedro la tiene muy trillada. Es su zona de entrenamiento y esparcimiento.
El recorrido pasa muy cerquita de la depuradora y pronto se mete en una vaguada fresca y con una vegetación muy representativa. En pocos minutos nos hemos espolsado la urbe de encima, dejan de escucharse coches y bullicio y estamos en el monte. Descubrirnos tramos de una vieja senda empedrada que merece la pena ser recuperada.

Seguimos ascendiendo hasta la cuerda de la sierra. El paisaje que se abre es tan inmenso como el mar. Los acantilados de la sierra y las dunas fósiles de la orilla son espectaculares. Un giro de vista a la derecha y de nuevo nos recuerda dónde estamos…

Y me acuerdo del “…nací en el Mediterráneo…” de Serrat. Y es que es verdad, soy puro de aquí y esto es lo que hay. Casi más sol y montaña que lo que venden por ahí.
Pedro, le tienes que poner nombre a esta trazado ¿vale?.
Hijo de Mala Sorra
Y entre tanta belleza siempre tiene que aparecer alguna porquería, algún mal nacido que se podía pintar los labios del culo con su pintura roja.
De verdad que no te puedes ni hacer una idea de la pésima imagen que da ver tu firma y de lo mal que sienta a quienes salimos al monte a ver monte. Mira, si te vas a cualquier tanatorio tienes cuadernos de piadas para dejar allí tus reflexiones. este no es el lugar.
No te puedes entretener haciendo fotos, mirando plantitas o dándote pajas ¡cabrón! que tienes que mancharnos el monte y no una ni dos veces… ¿Por qué no intentas dejar otro tipo de huella, o simplemente no dejarla si n o va a aportar nada?
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Comentarios

  1. Muy chula la ruta.
    Y el de las pintadas al menos ha dejado su nombre y de donde es, sic

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  2. A ver si alguien lo conoce por ahí y le sopla en la orejita una canción bonita.

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