Aplec de cervesa... El cielo existe

Mira que fui feliz el sábado por la tarde. Estuve en el Primer aplec de cerveses artesanes en Benisa. Me contaba uno de los organizadores, Ángel Ibáñez, que todo nació para homenajear al creador de Cervezas RiuRau, de Benisa, y la bola fue creciendo hasta llegar esta feria. Lo que más me sorprendió fue que me puse hasta la boiiiiina de birra y me fui tan tranquilo a casa (distinto hubiera sido si nos hubieran hecho soplar). Naturales, sin mierdas añadidas, aromáticas, con fuerza, de excelente calidad y todas, TODAS, artesanas. Esa es la diferencia. ¿Por qué no hay de estas en los avituallamientos? Mi reino por una de estas a mitad maratón de montaña, ni colas ni isotónicas ni mandangas... Allí unos cuantos productores nos explicaron la diferencia con las industriales. Entre otras, carbonatadas de forma natural. Así, si hubiera bebido la misma cantidad de cualquiera convencional hubiera acabado como un globo, empachado y probablemente más torcido de lo que acabé, que no fue tanto. Fernando está hecho de otra pasta... Gran catador, gran corredor de fondo en estas lides. No las probé todas. Aunque no me hubiera importado. Había más de cuarenta clases. Rubias y morenas, con más y menos alcohol. De aromas y sensaciones en gaznate espectaculares. Marilín hubiera cambiado el CH5 por alguna de estas ¡qué olor por dios!. Este es el chiringuito de GRAM. Un productor de Ontinyent que nos explicó maravillosamente cómo le pone amor a esto de las cervezas. Probamos un par de las que hace y realmente son excepcionales. Junto a este las de Alcoi SPIGHA. Tampocó escatimó en explicaciones. Agradezco estas charlas, si me considero un gran amante de esta bebida ahora mi pasión aumenta... Los pros vendrán después. La única que conocía y había probado era la que hacen los de Agulent, LLUNA. Alguna vez le vacié la nevera a mi amigo José Miguel, gran promotor de los productos naturales, artesanales, ecológicos y si son de la terreta mejor. Esta es una de esas. Muy rica. También nos hincamos un par de variedades. Y tampoco lejos de la costa están los de Yakka de Pinoso. Se marcaron un etiquetado especial para esta feria, una pegatina original y muy sugerente, como para dejarla pasar... De los de Pinoso también me ha gustado la contraportada de uno de sus folletos: "Hay veces que sólo cervezas Yakka está a la altura..." Y esa birra 'enterrada' en la nieve, junto a un crampón que luego se bebe el montañerico. ¡Ahí man dao! En l'aplec encontramos además cervezas de otros lugares. Uno de los concursos lo ganó FAR WEST, un cervecero almeriense que nos contó que su secreto está en el agua del desierto de almería, aunque el lúpulo y la levadura también tienen que tener su tocaíto. Una estética espaguetigüestern muy de peli Leone, pero buenas, muy buenas. Y, entre otras, también había una paraeta de una cervezsa británica, la Brew Dog, concretamente la Punk Ipa. Nos explicaba la chica del stand, Rosana, que está 'pasada' de lúpulo que es un buen conservante porque los británicos se la llevaban a la India y con eso evitaban que se echase a perder. Estuve un buen rato saboreándola, intentando descubrir ese resabor que me dejaba en la boca y que tanto me recordaba a algo, a alguna hierba quizás... No sé, no logré sacarlo, pero os aseguro que estaba de vicio. FRIKKKKKIS BIRREROS Y como excelente complemento a este manojo de refrescos encontramos una curiosa actividad paralela. Una mezcla de exposición y encuentro de frikis de la imaginería cervecera. Botellas, chapas, etiquetas, posabasos, juguetitos y todo tipo de merchandaising relacionado con el mundo de la cerveza que pudimos comprobar se remontaba a la década de los años 30 del pasado siglo. Muy curioso de veras. No sería mala iniciativa montar un museo de la cerveza cimentado en todo el arte que encierra la manufacturación de todo lo relacionado con la cerveza menos la misma cerveza. Todo se andará. LOS CONTRAS Evidentemente el precio. A un par de pavos los 33cc es carillo ¿no?. Sí, mucha calidad, gran variedad, disfrute extraordinario, sano, natural, artesano y nuestro... Pero a esos precios se queda para celebraciones especiales. Ya me molaría inyectarme en vena un par de estas cada noche con el bocata de marras. Iría a la piltra más feliz de lo que voy. Estos pequeños productores aseguran que es lo que cuesta: hecho a mano, maquinaria cara, botellas, etiquetado, bajas tiradas, introducirse en el mercado... Esto cuesta pasta. Así las cosas. De todas formas siempre podemos hacernos un homenaje semanal. Si los birroadictos nos tiramos al rollo una vez por semana salimos todos ganando. Ahí están los enlaces. A más consumo más faena, menos paro, más felicidad... Creo que acabo de dar con los brotes verdes, algo donde agarrarnos para no caer en el precipicio. PD: Atentos al 2º Aplec de Cerveses de Benissa. No se rindan caballeros.

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