Ferrata nocturna en una cálida noche de agosto

Así acaban las cosas que bien empiezan...

Andábamos hace tiempo detrás de la Ferrata del Cid, nos apetecía una carrerita vertical lenta, tranquila, diferente. Y la ferrata ofrece estas posibilidades. Aunque se nos cayó la noche encima...

Son ingredientes que empiezan a dar sabor al guiso...
Esta imagen la tomé el día anterior, en una trotada capitaneada por esteban y Elías desde Chorret de catí:

La caminata de la puesta de sol nos conducía pausadamente al paredón que alberga la ferrata, espectacular, a esta hora todo es espectacular...

Hortensia repite actividad aunque en diferente escenario. El ultraligero de david es escalador además de correcaminos, Elías se inicia en estas lides y va a superar cualquier percance con éxito y Juan, me cago en la leche, se le está descomponiendo la suela de na bota, sí, descomponiendo, desintegrando. El material acolchante ese se está, literalmente "haciendo polvo", y decide subir por el sendero. Nos lo encontraremos arriba.
Empezamos el ascenso, las instrucciones... y a disfrutar...

Es mi primera ferrata nocturna y la verdad es que he disfrutado con este nuevo factor. Sólo tengo las lucecillas a lo lejos de referencia del mundo, aunque sé lo que hay en cada plano oscuro allá abajo, a lo lejos. Mi débil frontal me deja poco paisaje que apreciar. Cuando me vuelvo allí están mis compañeros...
Aprecian las grapas, sobre todo cuando no las hay. Yo no recordaba exactamente que no había en el cien por cien del recorrido... Bueno...
Y ya saéis cómo acaba el asunto. Arriba nos aguarda Juan, echamos un liviano bocadito y al coche, nos esperan las neverillas y las cervezas, bocatas más contundentes, una interesante charla sobre, entre otros asuntos, los ovnis, y un viaje de regreso.

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Con Michel en marzo del año pasado. En esta ocasión se ha quedado en dique seco, su pinrrel aún no le deja...
Vidiet de la Ferrata del Cid con Miquel, en agosto de 2009.


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