Cuando me pire se hará de noche...

Pero antes de las conclusiones...
Un selecto grupo de científicos, multidisciplinar y dotado del valor de los más aguerridos cuerpos modernos de combate, equipados con la última tecnología, se dispone a investigar casi en los confines de la tierra de qué forma la felicidad empapa las almas de los seres humanos.
En esta imagen los investigadores acceden al punto 'P' en busca de respuestas.
Acceden a un inhóspito enclave, propicio para el contacto con lo que podría ser la nodriza de aquello que buscan. En su aproximación advierten que el paisaje se va haciendo cada vez más austero. La rica vida del fondo del valle da paso a seres solitarios, amoldados a un tipo de vida sencilla. Esta primeras observaciones van siendo anotadas en los cuadernos de campo. La caja de materiales de precisión sirve de escritorio improvisado.
La espesa atmósfera va cautivando las ansias de saber de los expertos. El sol avisa, jamás engaña: "Cuando me pire se hará de noche". Es así, hay pruebas irrefutables. Hay que apresurarse.
El grupo de científicos debe inmediatamente establecer un campo base seguro y preparado para las investigaciones.
El punto elegido debe de estar alineado E-O de tal forma que recibamos el mismo mensaje por parte de la luna, es decir: "A eso de las 6 y pico de la mañana volverá a salir el sol y ya no os harán falta las frontales". Pero mientras tanto, no perdemos de vista la pronta ausencia del astro rey.
Efectivamente, se está haciendo de noche. Nuestras sospechas se van confirmando. El sol se va, del verbo irse, oscurece y son necesarias las frontales como imprescindibles instrumentos para proseguir nuestras investigaciones. Seguimos en busca de la felicidad. En esta ocasión atisbamos su presencia entre un mar de algodones espectacular. Tomamos nota.
Estos algodones han ido y venido a lo largo de la lógica pérdida de luz consecuencia del aviso solar. Los instrumentos de precisión han ayudado bastante en la búsqueda de nuestra misión. También el viento ha dejado paso a la calma. Tan sólo escuchamos de vez en cuando aquello que parece el rugir de una nave espacial. Seguimos atentos.
Que sabio es el sol. "Cuando me pire se hará de noche..." Y así, sin luz, poco se puede hacer por la ciencia salvo reponer energías, comentar variables a la luz de una vela y meterse en el saco de dormir a la espera de nuevas oportunidades.
Y así nos las ofrece el día. Todo un planeta por descubrir.
Efectivamente hemos cumplido nuestros propósitos... ¿De qué iba la cosa?

PD: Y no te preocupes amor mío, el sol sale para todos, pero de forma especial para unos más que para otros. Hay quien aprovecha sus luces y hay quien no sale de sus sombras. Y tú, porque eres así de especial, siempre vas a estar a la luz del mejor de los soles. Te quiero.


Comentarios

  1. Excelente ubicación para la prospección de resultados empíricos... jajaja :P :P :P

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  2. Gracias bro... Hubieras flipado maestro de la luz

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